El sector energético mundial está sufriendo las consecuencias del cambio climático. En otras palabras, el cambio climático es una amenaza para la seguridad energética mundial. Los combustibles fósiles, tales como el petróleo, el gas y el carbón, son los principales responsables de los gases que sobrecalientan el planeta. Y estos son los principales combustibles que se emplean para producir ahora la mayoría de la energía mundial. Además, el sector energético se está viendo fuertemente golpeado por la actual crisis.
En un informe comandado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) se advierte de que “el cambio climático está poniendo en riesgo la seguridad energética en todo el mundo”. Esto lo hemos podido comprobar en los últimos meses. Entre los ejemplos, podemos encontrar los problemas que han tenido algunas centrales nucleares para lograr refrigerarse por la sequía. Además, también podemos aludir al desplome de la generación hidroeléctrica en muchos países, entre ellos España, como recoge El País.
El cambio climático supone una amenaza para la seguridad energética mundial
En el informe presentado este martes se avisa de que “el cambio climático afecta directamente al suministro de combustible, a la producción de energía y a la resiliencia física de la infraestructura energética actual y futura”. En concreto, “las olas de calor y las sequías ya están poniendo a prueba la generación de electricidad existente”.
Los expertos también explican que en 2020 “el 87% de la generación mundial de electricidad proporcionada por sistemas nucleares, térmicos e hidroeléctricos dependía directamente de la disponibilidad de agua”. Y añaden: “Un tercio de las centrales térmicas que dependen de la disponibilidad de agua dulce para la refrigeración ya se encuentran en áreas de alto estrés hídrico”. Lo mismo ocurre con el “15% de las centrales nucleares existentes”.
Las expectativas no son de mejora. En los próximos 20 años se espera que el 25% de estas nucleares estén en la zona roja del estrés hídrico. Algo similar ocurre en el caso de las plantas hidroeléctricas: el 11% de la capacidad de generar electricidad con los saltos de agua “se encuentra en zonas con mucho estrés hídrico”. “Y aproximadamente el 26% de las represas hidroeléctricas existentes y el 23% de las represas proyectadas se encuentran dentro de cuencas fluviales que actualmente tienen un riesgo medio a muy alto de escasez de agua”, añade el estudio.
Por otro lado, en el informe se advierte de que «hay 63 centrales nucleares en el mundo que se encuentran en la costa«. Por lo tanto, «se pueden ver afectadas por la subida del nivel del mar, que ya es irreversible por el deshielo ligado al calentamiento global».
En busca de una solución
El sector energético forma, imprescindiblemente, parte de la solución. Este sector es responsable de alrededor del 80% de las emisiones de efecto invernadero ligadas a la actividad del ser humano. Por eso es vital que deje de consumir combustibles fósiles y deje de emitir gases. Como recuerda el informe de la OMM, la vía es clara: las energías renovables. “Es la forma más barata de producir energía”, ha argumentado además Gauri Singh, de Irena.
“La transición a formas limpias de generación de electricidad, como la solar, la eólica y la hidroeléctrica —y el aumento de la eficiencia energética— es esencial si queremos prosperar en el siglo XXI”, ha sostenido este martes Petteri Taalas, secretario general de la OMM. “El tiempo nos apremia, y estamos presenciando cambios en nuestro clima. Necesitamos una transformación completa del sistema energético mundial”, ha añadido.