Corrientes marinas

La relación entre el calentamiento global y las corrientes marinas es cada vez más clara. El calentamiento global está teniendo una incidencia perjudicial en las corrientes marinas y, por tanto, está agravando la crisis por el cambio climático.

Pero ¿qué son las corrientes marinas? Las corrientes marinas conforman un sistema de movimiento de las aguas de los océanos, que afecta y condiciona el clima de todo el mundo. Un ejemplo de este condicionamiento, lo encontramos en la Corriente del Golfo.

La Corriente del Golfo

Una de esas corrientes es la Corriente del Golfo, concretamente una de las corrientes superficiales más poderosas del mundo. Esta corriente se encarga de transportar del Caribe hasta Europa las aguas que han acumulado el calor en el Ecuador del planeta. Después, lleva las aguas más frías de Europa que se juntan con las de Canadá hacia zonas mucho más cálidas. Así se explica la diferencia de climas entre el norte de Europa y las regiones de América del Norte. Por eso, de producirse una desaceleración en la Corriente del Golfo, se ocasionaría un enfriamiento drástico en la Europa Occidental.

Según múltiples observaciones, se concluye que la Corriente del Golfo se está debilitando a gran velocidad en las últimas décadas. Esto se debe, principalmente, al derretimiento del hielo Ártico y el de Groenlandia, provocados por el calentamiento global. Como resultado, se da una acumulación de agua fría sin sal en la Corriente del Golfo. Por esta consecuencia, se altera la circulación termohalina global y obliga a las aguas cálidas a hundirse más y retroceder hacia el sur.

Este debilitamiento de la Corriente del Golfo puede multiplicar de manera exponencial los fenómenos meteorológicos extremos. De esta manera, los desiertos se extenderán hacia los polos en los dos hemisferios, aumentarán las olas de calor y de frío, los huracanes y tifones serán más fuertes y frecuentes, tanto que, los eventos extremos acabarán por considerarse ‘normales’, según los expertos.

Cuidemos de nuestro planeta. No hay planeta B.

Fuente: Energias Renovables