Imagen del calentamiento global

El calentamiento se acerca a los límites de seguridad establecidos en el Acuerdo de París firmado en 2015. El objetivo de dicho pacto es que la temperatura del planeta no incremente en más de 2ºC este siglo. Aunque lo ideal sería que se quedara por debajo de los 1,5º, tomando como referencia los niveles preindustriales.

Fue en la era industrial cuando el ser humano basó su desarrollo en los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Estos combustibles son los principales responsables de la crisis climática que acontece. Sin embargo, en la actualidad seguimos empleándolos a diario. De esta manera, a pesar de que en 2015 pareciera lejano alanzar un calentamiento superior a 1,5º, ahora vemos que está a la vuelta de la esquina.

El calentamiento se acerca a los límites de seguridad fijados en 2015. Esto es lo que han confirmado los expertos de la Met Office y de la Organización Meteorológica Mundial. Ambos sostienen que el próximo lustro existe una probabilidad alrededor del 50% de que la temperatura media global de la superficie del planeta supere los 1,5º. Actualmente, el calentamiento se encuentra en unos 1,1º.

Para Petteri Taalas, secretario general de la OMM, el estudio constata que el ser humano se está encaminando hacia una superación temporal del objetivo más ambicioso del Acuerdo de París. Como recoge El País, Taalas ha recordado que ese 1,5 no es una cifra aleatoria, sino “un indicador del punto en el que los impactos climáticos serán cada vez más dañinos para las personas y para todo el planeta”. Porque cada décima de incremento de la temperatura media conducirá también a un mayor número de eventos extremos —como las olas de calor y las inundaciones—, que también serán más intensos.

Los escenarios más optimistas

El escenario más optimista en estos momentos es el de que se sobrepase temporalmente el umbral de los 1,5 grados para luego bajar. Para conseguir esa trayectoria se requiere que los gases de efecto invernadero mundiales caigan un 23% en 2030 y un 75% en 2050, con respecto a los niveles de 2019, según lo establecido por el IPCC. Eso implica un cambio radical ya que los planes climáticos actuales de las naciones llevarían a que las emisiones en 2030 sean incluso superiores a las de ahora. “Mientras sigamos emitiendo gases de efecto invernadero, las temperaturas seguirán aumentando. Y, además, nuestros océanos continuarán volviéndose más cálidos y ácidos, el hielo marino y los glaciares continuarán derritiéndose, el nivel del mar continuará aumentando y nuestro clima se volverá más extremo”, advierte Taalas.