Adoptada en junio de 2020, la Taxonomía de la UE tiene como objetivo acelerar la transición hacia una economía sostenible y cumplir los objetivos establecidos en el Pacto Verde Europeo.

Esta regulación sobre taxonomía ha tenido un impacto notable en las empresas y los inversionistas, pues establece criterios comunes en toda la UE para informar a los inversores y a la sociedad si una actividad económica es medioambientalmente sostenible o no lo es mediante informes estandarizados. Es por ello que las empresas están trabajando para ajustarse a este Reglamento y capitalizar las oportunidades que le ofrece esta regulación, en este aspecto IBERSYD pude acompañar a las empresas a iniciar y avanzar en esta regulación.

Taxonomía Europea como sistema de clasificación

La Taxonomía Europea es un sistema de clasificación que ha establecido la Unión Europea para determinar si una actividad económica puede considerarse medioambientalmente sostenible

Para saber si las actividades de tu empresa son medioambientalmente sostenibles hay que realizar una serie de estudios complejos que permiten llegar a unas métricas que determinan el grado de sostenibilidad de dichas actividades.

Según la Unión Europea, las actividades económicas ambientalmente sostenibles son aquellas que “hacen una contribución sustancial al menos en uno de los objetivos climáticos y ambientales de la UE, sin dañar significativamente ninguno de estos objetivos y al mismo tiempo cumplir con salvaguardias mínimas”.

Fue creada mediante la implementación del Reglamento UE 2020/852 y representa uno de los primeros pasos importantes hacia la regulación de los requisitos de divulgación de información no financiera.

Las empresas que deben publicar su información no financiera deberán incluir información sobre la manera y la medida en que las actividades de la empresa se asocian a actividades económicas que se consideren medioambientalmente sostenibles según taxonomía.

El objetivo principal consiste en fomentar la inversión en proyectos y actividades esenciales para lograr los objetivos del Pacto Verde Europeo, orientado a hacer que la economía de la Unión Europea sea sostenible desde el punto de vista ambiental, y se adhiera a los siguientes objetivos:

  • Las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan al menos un 55% para 2030 (en comparación con los niveles de 1990)
  • No habrá emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050
  • La sociedad de la UE estará plenamente adaptada a los impactos inevitables del cambio climático de aquí a 2050.
  • Se protege, conserva y mejora el capital natural de la UE.
  • Se protege la salud y el bienestar de los ciudadanos frente a los riesgos e impactos relacionados con el medio ambiente.
  • Ninguna persona ni ningún lugar queda atrás.

Para poder alcanzar todos estos objetivos, se necesitaba alguna herramienta que pudiera ayudar a ello. Una de las herramientas es la Taxonomía de la UE, que ayuda a fomentar la transición hacia un futuro libre de emisiones de carbono y direccionar la inversión hacia soluciones destinadas a enfrentar la crisis climática y evitar un mayor deterioro del medio ambiente.

Es por ello que la Taxonomía Europea crea un marco de referencia para inversores y empresas, que sirve para apoyar a las empresas en sus esfuerzos por planificar y financiar su transición, se protege contra prácticas de greenwashing y ayuda a acelerar la financiación de aquellos proyectos que ya son sostenibles y son necesarios para la transición.

¿Con qué debes cumplir para ser una empresa medioambientalmente sostenible?

En el artículo 9 del Reglamento sobre taxonomía, publicado en junio de 2020, se establecen seis objetivos climáticos y medioambientales:

  • Mitigación del cambio climático.
  • Adaptación al cambio climático.
  • Uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos.
  • Transición hacia una economía circular.
  • Prevención y control de la contaminación.
  • Protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas.

Además, también se fijan cuatro condiciones que debe cumplir cualquier actividad económica para que se considere ambientalmente sostenible:

  • Debe contribuir de manera sustancial en, al menos, uno de los 6 objetivos medioambientales. 
  • No debe causar ningún daño significativo a ninguno de los otros cinco objetivos. 
  • Debe cumplir las salvaguardas mínimas sociales y no tener ningún impacto social negativo. 
  • Cumplir con los criterios técnicos de selección establecidos por el Grupo de Selección Técnica (TSG) de la UE en los actos delegados de la Taxonomía. 

Adicionalmente las empresas deben reportar métricas, para ello las empresas deben identificar cuáles y en qué cantidad de sus actividades comerciales son elegibles y están alineadas para la Taxonomía de la UE, y deberá determinar qué parte de su facturación, gastos de capital (CAPEX) y gastos operativos (OPEX) están asociados con cada una de estas actividades. Estas métricas financieras son las que permitirán a la empresa calcular su elegibilidad total de la Taxonomía de la UE en cada una de estas categorías.

Y tú ¿quieres ser una empresa medioambientalmente sostenible?

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