Hoy comienza la Semana contra la Pobreza Energética. Esta semana es una buena oportunidad para reflexionar sobre qué es realmente la pobreza energética, qué supone y cómo podemos ayudar a paliarla.
Denominamos pobreza energética a la situación en la que un hogar es incapaz de pagar por los servicios mínimos para cubrir sus necesidades básicas o deben destinar una gran parte de sus ganancias a pagar la factura del consumo eléctrico de su vivienda. Tener que elegir entre alimentarse bien o encender la calefacción en invierno es una realidad en muchas casas españolas. Sobre todo, este problema afecta directamente a aquellas personas en situación de pobreza o exclusión social.
Esta Semana contra la Pobreza Energética tiene ahora, si cabe, más sentido que nunca. En los últimos meses hemos visto cómo la factura de la luz ascendía a números poco habituales, acrecentando este problema. Y es que, solo en España, la pobreza energética afecta a más de 5 millones de personas, según señala Ecologistas en Acción.
Además, en esta lacra también encontramos una brecha de género. Como afirma Greenpeace, las mujeres son quienes más sufren este tipo de pobreza. Dentro de las mujeres, especialmente las mujeres mayores, familias monoparentales, personas desempleadas y analfabetas.
Entre los impactos más graves que tiene la pobreza energética, encontramos las consecuencias sobre la salud. Según datos de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), la pobreza energética causa unas 7.100 muertes anuales. Pero, además del incremento de la mortalidad, la pobreza energética también causa otros problemas como el estrés, la depresión, el absentismo laboral o escolar.
En suma, la pobreza energética es un problema de mayor dimensión de lo que puede aparentar.
Cómo combatir la pobreza energética
Una manera de combatir la pobreza energética en invierno es sellar las puertas y ventanas que dan al exterior en nuestra casa. Así, evitaremos que entre el frío de la calle y mantendremos nuestro hogar más caliente. En cuanto a la temperatura de la casa, recuerda que mantener una temperatura estable es menos costosos que subir y bajar la temperatura de la vivienda continuamente. De hecho, la temperatura ideal para la calefacción se sitúa entre los 19 y 21ºC. Si superamos esta temperatura, el consumo energético de nuestra vivienda se disparará.
Además, no olvides apagar los apartaos en standby. Estos aparatos suponen el 10% del consumo total de un domicilio. Para ahorrar este 10%, usa temporizadores o regletas con interruptor para aparatos como la televisión, ordenador, microondas… que puedas apagar y encender fácilmente cuando los necesites. Si necesitas renovar tus electrodomésticos, ten encuenta el nivel de eficiencia. Escoger uno de bajo consumo puede suponer un ahorro de hasta el 50%.
A la hora de elegir la iluminación de tu hogar, coloca leds en lugar de bombillas tradicionales. De esta manera, podrás ahorrar hasta 100€ anuales, además de que su vida útil es unas 20 veces superior a las bombillas tradicionales. Por último, ten cuidado con el uso que haces del frigorífico. Un 18% del consumo que provocan los electrodomésticos en el hogar, está causado por el frigorífico. Para reducir este porcentaje, evita abrirlo muchas veces, así como evita introducir comida caliente o instalarlo cerca de una fuente de calor. Tampoco es bueno que pongas el frigorífico a una temperatura demasiado baja: con 5ºC para la nevera y -18ºC para el congelador será suficiente. No olvides descongelarlo regularmente para evitar que se generen placas de hielo.
Siguiendo estas recomendaciones podemos empezar a combatir la pobreza energética desde nuestros hogares. A lo largo de esta semana, iremos analizando cómo paliar este problema desde instituciones y la vía pública. No te lo pierdas. c