Quizás alguien se pregunte cuál es el secreto para controlar que ellas estén, efectivamente, trabajando.
Quizás, la que quiera conocer nuestro secreto, piense que tenemos herramientas que cuentan los clic en una jornada laboral, las pulsaciones del teclado, informes automáticos de registros de actividad, grabaciones de llamadas, control de tiempos de inactividad, tomas de capturas de pantalla automáticas y aleatorias, o historiales de páginas web consultadas. Estos soportes, difíciles de soportar para las personas trabajadoras, se venden como “software para monitorear la productividad de tus empleados”, pero realmente, se alejan de la medición de la productividad y se acercan más a la red de espionaje ECHELON, con el único objetivo de tener a toda tu plantilla controlada, no vaya a ser que no trabajen.
Soy Responsable del área de Gestión de Personas de Ibersyd, en 100% teletrabajo, no soy un agente secreto de la CIA ni lo pretendo, la persona que trabaja, trabaja y la que calienta la silla, la calienta, con el software más caro del mercado o sin él.
El secreto del teletrabajo es la confianza
¿El secreto?, la confianza. No espío, no miro por la mirilla y directamente no tenemos ni visillo porque somos transparentes, trabajamos 100% por objetivos y es lo único que nos importa. Que lleves a tu hijo@ al colegio, el coche a la ITV, o vayas a clase de zumba a las 11 de la mañana, nos parece genial, queremos que nuestras personas trabajadoras sean conscientes de que son personas para la compañía, y luego trabajadores y trabajadoras.
¿De qué sirve que un empleado o empleada esté de 9.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00 sentado en su silla si no produce? En nuestro modelo en teletrabajo nadie va a mirar con lupa tu horario, pero sí, tu trabajo.
Tampoco quiero dar a entender que vivimos en una anarquía, tenemos unas normas muy claras, los tiempos de conexión de mayor actividad, registros de tareas, control horario, horarios convenidos con Responsables, sistemas de onboarding, reuniones planificadas de seguimiento, sistemas digitales adaptados (ahí sí que invertimos), un Sistema Integrado de Gestión, etc. Todo ello, regulado con la normativa legal por supuesto, a nivel contractual y de PRL, lo primero es lo primero.
El sistema funciona, funciono, funcionamos, pero sí tiene un pequeño margen de error. Por mucho que lo intente, todavía no soy adivina, y alguna vez hemos fallado en la elección de la persona a incorporar en el equipo que se ha imaginado que teletrabajo era lo mismo que “hago lo que quiero y cuando quiero” y, por mucho que lo hayamos explicado, no ha encajado, pero no lo tratamos como algo negativo, sino que simplemente nuestra forma de trabajar es diferente. Nos gusta aprender de nuestros errores, no existen días malos, sino días en los que se aprende.
La vigilancIA no nos orienta a los resultados, la confianza en base a un sistema de teletrabajo respetuoso con, ellas, las personas trabajadoras, sí.
¿Te atreverías a que tus personas trabajadoras teletrabajaran?
Si la respuesta es sí, enhorabuena, confías en tu equipo, sacan lo mejor de sí mismos para ti.
Si la respuesta es no, permíteme que te proponga una reflexión, el problema no es el teletrabajo, sino, la persona que tienes trabajando para ti.
El teletrabajo es un beneficio para las compañías que se permitan arriesgar, invertir y confiar en sus personas trabajadoras. Lo siento por las direcciones desconfiadas, pero tengo una mala noticia, el talento está exigiendo, el trabajo en remoto llegó para quedarse.
¿Qué opinas sobre este enfoque? ¿Crees que la confianza es el factor clave para el éxito del teletrabajo?
Si tienes alguna pregunta o deseas profundizar en algún aspecto específico, no dudes en consultarme.
Silvia Fortuny, Responsable Gestión de Personas y PRL de Ibersyd